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Crisis económica y desempleo, lo que viene…

La pandemia del Covid-19 que ahora golpea la salud pública en más de 20’0 países, pronto muy pronto, más temprano que tarde, detonará formalmente los índices de desempleo en las naciones donde hoy se lucha principalmente por preservar la vida de sus habitantes.

El desafío de recomponer una economía mundial fracturada comenzó a vivirse en países desarrollados y en vías de desarrollo, el cual arroja sus primeros resultados: tras el cierre de fábricas y paralización de cadenas productivas, millones de personas han perdido sus empleos.

La pobreza entre amplios sectores sociales, se generaliza y la recesión económica no da tregua a gobierno alguno.

En medio de esta situación, el sector obrero, el de los trabajadores en su conjunto, el de los asalariados se alista a recibir el golpe más severo de las últimos cien años que lo llevará a vivir la primera gran recesión del nuevo milenio.

De acuerdo a estimaciones del sector productivo en México, los trabajadores de las micro, pequeñas y medianas empresas serán las más afectadas, incluso por encima de los casi 20 millon es de subempleados que a diario se auto emplean en el comercio informal y las actividades que carecen de seguridad social.

Las proyecciones económicas dadas a conocer desde ahora por las calificadoras bursátiles, sobre el momento que vivirá nuestro país en materia de recesión, no son nada halagüeñas.  De vivir un crecimiento cero, ahora el país pasará a la recesión abierta al estimarse que el Producto Interno Bruto caerá en menos 7 puntos, lo que permite adelantar el desplome que en materia de inversión y empleo registrará nuestro país.

Ante tal panorama, los millones de trabajadores sumergidos en la informalidad económica, parecen tener como destino inmediato buscar la protección gubernamental que ha comenzado a fluir a través de créditos a la palabra.

Se ha dado a conocer que la mejor forma de enfrentar esta crisis sin precedente –de salud y económica- lo mejor será alcanzar un acuerdo nacional en favor de la inversión y el empleo entre el sector empresarial, el gobierno federal y los trabajadores del país, propuesta que ha sido rechazada en más de tres ocasiones por la actual administración federal.

La relación gobierno-empresarios está más que definida. De acuerdo al propio presidente Andrés Manuel López Obrador, no habrá apoyo ni mucho menos rescate para los medianos y grandes empresarios. Ha quedado claro que la actual administración busca apoyar, mitigar el impacto económico-laboral, otorgando créditos por 25 mil pesos solo acerca de 1 millón de microempresas. Ni medianas, ni grandes han sido consideradas.

De acuerdo a cifras oficiales, durante los meses de marzo y abril cerca de 1 millón de mexicanos han perdido sus empleos. Ante ello, el Gobierno de la República acelera la entrega de los créditos a la palabra dirigidos solo a micro negocios que en su mayoría son familiares.

Lo expuesto aquí sobre la crisis económica y el desempleo que comienza a registrarse, debido a los efectos de la emergencia sanitaria originada por el Coronavirus, deja muy en claro que la estrategia gubernamental para enfrentar la “pandemia económica” no asegura solucionar el problema de la falta de fuentes de trabajo.

Ante la proximidad de una “tormenta perfecta” que podría detonar otros conflictos como el de la inseguridad pública y la violencia, las medianas y grandes empresas agrupadas en el Consejo Coordinador Empresarial, Coparmex, Concamin, Concanaco y Canaco parecen estar condenadas a enfrentar con sus propios recuerdos la emergencia de atender el desempleo.

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