Para aprovechar el tradicional festejo y la fecha de regalos, los Reyes Malos (mejor conocido como el G7) echaron a caminar un Plan de Acción Perverso. Con un método maligno han organizado una andanada de ataques para desprestigiar a quien se ha fijado como meta la transparencia y el combate a corrupción.
Oro, incienso y mirra fueron los regalos de los Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar.
Los Reyes Malos (secciones sindicales 1,5,6,7,9,12 y 21) quieren obtener a través del chantaje millonarios recursos, venta de plazas, sobornos, privilegios, concesiones y, principalmente, impunidad.
Para alcanzar sus objetivos, Los Reyes Malos se han fijado como meta lanzar un sistemático ataque en contra Antonio López Montecinos, Director General de Capital Humano del gobierno que encabeza la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.
Los Reyes Malos se defienden ferozmente para mantenerse en la impunidad. El abuso y la ilegalidad, han sido sus recursos para disfrutar de los excesos.
En ese libertinaje del que han sido altamente privilegiados, buscan la infamia para desprestigiar a uno de los más confiables colaboradores de la jefa de gobierno que tiene la encomienda de finalizar con sus excesos.
El temor de los Reyes Malos, que no viajan en elefantes, caballos o camellos, sino en hienas con las fauces abiertas para devorar el presupuesto destinado para beneficiar y mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora del gobierno de la Ciudad de México es que sus fechorías están documentadas.
Por eso recurren a la difamación y evitar que los ultrajes cometidos contra los trabajadores se conozcan públicamente. Pero en la caja de las sorpresas hay medidas legales que mediante procedimientos judiciales servirán para ponerlos en su lugar.
Ahí está el origen de que busquen liderazgos que les permitan garantizar inmunidad y hagan perdurar sus arbitrariedades. Al final la justicia y la razón colocará a cada quien en su justa dimensión.
