El conflicto laboral en la Secretaría de Economía amenaza con escalar. Por segunda ocasión trabajadores sindicalizados se manifestaron contra la actitud que llaman hostil de la directora de Recursos Humanos. El lunes vence el plazo que el jefe de unidad pidió para resolver el problema. En caso que no sea aceptado, analizarán realizar paros a nivel nacional.
Por segundo día consecutivo, trabajadores sindicalizados de la Secretaría de Economía federal se manifestaron en la Ciudad de México, para denunciar despotismo y trato discriminatorio de la directora de Recursos Humanos, Miriam Zaragoza Monroy. Demandan que sea cesada.
Anunciaron que el próximo lunes vence el plazo solicitado por el jefe de unidad -equivalente a oficial mayor- de la dependencia para encontrar una solución. En caso que la respuesta no les satisfaga, la inconformidad por lo que consideran torpezas incapacidad de la funcionaria, el conflicto pudiese escalar y analizarán la realización de paros a nivel nacional.
En la manifestación de esta mañana, participaron unos 150 trabajadores de base, la mayoría de los cuales están adscritos a la Dirección de Recursos Humanos. Nuevamente portaron pancartas en las que manifestaban la irritación por la actuación soberbia de la señora Zaragoza Monroy.
La manifestación se realizó en la calle de Morelia -entre Avenida Chapultepec y Puebla- en la Colonia Roma. Al percatarse de la llegada de la funcionaria, los trabajadores le lanzaron gritos de repudio y chiflidos, sin agresiones.
El viernes de la semana pasada en una reunión en las oficinas que ocupa la señora Zaragoza Monroy, el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Economía, José Guzmán Gómez, le hizo notar la contradicción de pretender contratar a personal de confianza para atender las necesidades, cuando apenas a principio de año realizaron un severo recorte en esa nómina. Es preferible contratar trabajadores de base, le externó.
La directora montó en cólera y a empellones lo sacó, junto con otros dirigentes sindicales, de la oficina. “¡Váyase de mi oficina!”, gritaba fuera de control. Guzmán Gómez le contestaba que era una oficina pública y que también ellos prestaban sus servicios en la dependencia, por lo que todos eran servidores públicos.
Cegada, Zaragoza Monroy gritó que la Secretaría de Economía funcionaba gracias al personal de confianza, ya que los trabajadores de base son unos haraganes, incultos e inútiles. Antes de encerrarse en su oficina, le dijo al dirigente sindical -quien es, además, vicepresidente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado- que era un sujeto berrinchudo y que no estaba dispuesta a ningún trato con él.
