El senador Napoleón Gómez Urrutia invitó al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) a sumarse a la Confederación Internacional de Trabajadores (CIT), que fundó y dirige. Sin embargo, Martín Esparza, líder de los electricistas rechazó la invitación sumarse a esta nueva confederación.
Hace seis meses, Esparza le avisó directamente al presidente Andrés Manuel López Obrador que no se sumaría a la confederación del líder minero, e incluso le notificó que buscará crear una nueva central obrera.
Tras enviar este mensaje a Palacio Nacional, el dirigente del SME pidió una cita con el mandatario para contarle más detalles sobre sus planes a futuro para la Nueva Central de Trabajadores, com presuntamente llamará a su organización.
Gómez Urrutia está en un momento decisivo, ya que desde su escaño como senador está impulsando la reforma laboral del gobierno federal, la cual tiene como eje cumplir con los acuerdos que marca el T-MEC en temas de trabajo y que así, el acuerdo sea aprobado por el Consejo de Washington.
El líder minero está trabajado para que se logre la descentralización sindical, que ha caracterizado a estos organismos desde el siglo XX, para dar paso a distintas confederaciones. Esto es el sueño de Gómez Urrutia, tener su propia central obrera.
El papel destacado que ha jugado el senador de Morena en los últimos meses le ha valido algunos detractores, quienes no ven con buenos ojos sus intenciones en materia sindical.
De acuerdo con el portal La Política Online, Esparzas anda difundiendo el rumor de que Gómez Urrutia generara inestabilidad en los grandes corporativos mexicanos, ya que busca que todas las normas de trabajo se apeguen a los mandatos de la Organización Internacional del Trabajo,
En este tema, es una realidad que el líder minero busca que las normas se adhieran a lo que establece la OIT, sobre todo para lograr una representación sindical por empresa, cosa que no les ha gustado a los empresarios en el país.
Pero también, Esparza fomenta otro rumor: el que Napoleón está apoyando las huelgas en Matamoros, mismas que afectaron a decenas de maquinadoras en el norte del país y que causó el despido de cuatro mil trabajadores.
El punto es no permitir que Gómez Urrutia amase más poder con su puesto político y su nueva central obrera.
Con información de La Política Online