Un centenar de muertos es la cifra derivada de una explosión registrada en un gasoducto perforado en tierras hidalguenses.
Y, sin que nadie se atreva a desmentirlo, hay negligencia, omisión, corrupción, abuso y un catálogo de yerros que sacarlos a flote no sirve para devolverles la vida.
Pero en ese fatal espectro se extrañan las plañideras que mal imitan a La Llorona.
Los suplicantes acostumbrados a recorrer la geografía nacional para exigir ¡justicia!, personas cilindradas y aceitadas con dinero obtenido a través de chantajes.
Inexplicable que los gemidores y gemidoras, que se desgarran las vestiduras para reclamar y demandar al gobierno federal dar la cara, ahora vivan silenciosos.
Las lúgubres vestimentas y los contingentes que tienen por costumbre realizar bloqueos y marchas enardecidos, curiosamente, no se alteran con la muerte de un centenar de seres humanos que también tienen padres, hijos, hermanos y/o esposas.
¿Dónde están esos libertarios acostumbrados a potencializar las desgracias?
¿Será que 100 muertos y otro tanto de familias enlutadas no son suficientes para usarse como caldo de cultivo para una movilización?
Raro que predomine el silencio y que sigan agazapados los pusilánimes que tienen por costumbre enarbolar banderas justicieras.
Increíble que ahora, cuando todo es libertad, justicia y tiempo de reconstruir una nación, presuman su cobardía. Que exhiban una conducta deplorable.
Esos rajados están enconchados en su insignificancia, en su verdadera vestimenta de farsantes.
Los valientes que incendian oficinas públicas, que secuestran camiones, que linchan servidores públicos, los que bloquean carreteras, esos que son un átomo de la educación y se revuelcan en la miseria. Sí, esos que se forran de estupidez, dónde están.
En verdad que se extraña a esos que tienen como único valor la vileza. Tan acostumbrada que tienen a la sociedad a su ruin comportamiento, en verdad que es inexplicable que no hayan salido a gritar y agredir, a saquear comercios para hacer sentir su poderío.
Es una pena que no hayan usado su acostumbrada alevosía y su infamia para manifestarse en contra de una autoridad que sigue sumando cadáveres.
MAGRO PANORAMA
Es un tema por demás complicado, pero no puede evadirse. La repercusión obliga a conocer las cifras recién reveladas por la Fiscalía General de la República (FGR) en el combate al robo de combustible o “huachicoleo”.
Está claro que los estados de la zona del Centro y el Golfo es donde prevalece el mayor número de tomas clandestinas de hidrocarburos.
Y aunque se diga que hay un nutrido número de carpetas abiertas, para el caso es lo mismo. No hay detenidos, no hay consignados, no hay responsables.
Hidalgo, sin duda, es líder en las tomas clandestinas. Seguido de Puebla y Veracruz, sin descartar el Estado de México. Sin dejar de señalar a Jalisco ni descartar a Guanajuato, Michoacán y Querétaro.
CERRADURAS Y CANDADOS
Una joya de sensatez, sin duda, es la diputada de Veracruz, Ana Miriam Ferráez Centeno. Esa que propuso un toque de queda para que las mujeres en la entidad no salgan después de las 22:00 horas para que no sean víctimas de violencia o feminicidio. Ni cómo ayudarle… Sin duda habrá una razón de peso suficiente, pero no deja de extrañar que México no haya enviado ningún representante a la reunión de Davos, Suiza, donde se codean los representantes de las grandes economías. Cuando menos hubieran enviado al diputado ese que le dicen El Mijis, político de enorme sapiencia y arrolladora cultura… ¿Quién será el valiente que asuma la función para dar la extremaunción al Partido de la Revolución Democrática (PRD)? Es una crueldad verlo agonizar de esa manera… Con Guillermo Pacheco Pulido, como gobernador emergente, llegó la barredora y designó a Fernando Manzanilla Prieto como secretario General de Gobierno. Además renunció todo el gabinete y seguro llegan allegados a Manuel Bartlett y Mario Marín. Los poblanos tendrán que acostumbrarse a ver que Miguel Barbosa vuelva a buscar la candidatura para el nuevo proceso electoral. Y si pierde, seguro impugnará. Es su delirio… Margarita Zavala va a buscar el registro de un nuevo partido político. La experiencia más reciente demostró que no es tan popular como supone.