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A tribunales la reelección de Víctor Fuentes

Si el líder del Sindicato Único de Trabajadores Electricista de la República Mexicana (SUTERM), Víctor Fuentes del Villar, piensa haberla librado con la pantomima electoral montada en su XVIII Congreso Nacional Ordinario para reelegirse por hasta el 2025, está en un error. Dos circunstancias, una jurídica y otra política, hacen peligrar su permanencia al frente de una organización que representa las viejas prácticas del corporativismo caciquil priísta, del cual ingenuamente busca desprenderse este “señor feudal”.

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Con la publicación de un desplegado dirigido al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, Fuentes del Villar y los miembros del Comité tuvieron a bien informarle de su “reelección democrática”, ofreciéndole poner su mejor empeño para que sus 80 mil miembros “engrandezcan” a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

De acuerdo a los cambios realizados en su subrepticio evento de delegados celebrado del 12 al 16 de noviembre en Cancún, los líderes del SUTERM ahora son perrunos defensores del ratificado convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), por lo que, supuestamente, sus agremiados pueden elegir a sus dirigentes mediante el voto secreto y directo, pero, ojo,  no universal.

Y si bien la nueva redacción de sus estatutos –donde ya se desligan de su pertenencia al mermado PRI y el apoyo a sus candidatos– cancela las decisiones por aclamación, deja intacto que a través de mano alzada se pueden tomar acuerdos en asambleas seccionales y delegaciones, precisamente de donde salieron quienes acaban de reelegir al sobrino del desaparecido Leonardo Rodríguez Alcaine “La Güera”.

Detrás de este escenario de utilería se esconde una marcada persecución antidemocracia que los tribunales laborales deberán resolver en las próximas semanas pues ocurre que el órgano  interno del SUTERM,  encargados de emitir la convocatoria, encabezado por el  Secretario de Organización, Vinicio Limón Rivera, negó el registro a la planilla “Cambio y Democracia Sindical”, bajo el argumento de que 26 de sus integrantes  son jubilados, 3 se encuentran rescindidos y solo 4,  trabajadores activos.

Con este hachazo el equipo de Víctor Fuentes pensó que el asunto quedaba zanjado y el eterno oponente de los charros cetemistas, Jesús Navarrete Castellanos y su grupo no tendría otra que arriar banderas. El asunto es que Fuentes del Villar no ha dimensionado que los tiempos son otros y en lo político, el PRI ya no está en el poder.

Y no será con desplegados e inventadas fantasías de cambio como podrán atemperarse los cambios por venir, sobre todo en materia de justicia laboral donde al reelecto líder se le puede atorar el obtener la complicidad de las autoridades del Trabajo.

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El equipo jurídico de los inconformes prepara una demanda ante los tribunales laborales pidiendo la anulación del tongo electoral de Cancún,  poniendo sobre  la mesa de los alegatos jurídicos jurisprudencias emitida por la Segunda Sala de la  Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el 13 de junio 1997 (2ª/.J.26/97), y que al pie de la letra establece que un trabajador jubilado no pierde su calidad de miembro sindicalizado.

“…de conformidad con lo dispuesto en los artículos 360, 364 y 366 de la Ley Federal del Trabajo, para permanecer como miembro de un sindicato de trabajadores no se requiere, necesariamente, ser un trabajador en activo, cundo este carácter desaparece porque la relación de trabajo ha concluido en definitiva, lo que sucede cuando el trabajador obtiene la jubilación, no se pierde la calidad de sindicalizado, pues ninguna disposición de la Ley Federal del Trabajo  establece que un trabajador, a partir que obtiene la jubilación, deje de fungir como miembro del sindicato de que se trate, ya que esto solo puede ocurrir en tres casos: por renuncia, muerte o expulsión del trabajador”.

Además, la rescisión laboral, de acuerdo a los estatutos del SUTERM se hace efectiva al existir un fallo de una Junta Federal de Conciliación y Arbitraje pues la CFE no puede por sí sola determinar este exclusión laboral ante el sindicato; es decir, que ni los jubilados ni los rescindidos, integrantes de la planilla “Cambio y Democracia Sindical”, estaban impedidos para participar en la pasada elección. La miopía jurídica y política de Fuentes del Villar y Vinicio Limón ha dejado la puerta entreabierta a una opción legal para anular su relección. Hasta aquí lo jurídico.

Porque en lo político el SUTERM se encuentra en la más absoluta orfandad. Y ante el dilema de que una vez instalado en el cargo Manuel Bartlett Díaz, comenzarán a aparecer los negocios oscuros que la dirigencia manejó de la mano de sus ex directores y que incluyó el aceptar mutilaciones al Contrato Colectivo de los electricistas a cambio de contratos de obra y otros servicios, tales como el arrendamiento de aviones a favor de Víctor Fuentes y su camarilla, como lo denunció hace unos meses RS.

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Mucho tendrá que decir al respecto el ex líder nacional del PRI y actual diputado, Enrique Ochoa Reza. Por eso, ni con cien desplegados ni promesas de aperturas democráticas inexistentes, Víctor Fuentes del Villar podrá sentirse seguro en su emporio feudal donde gusta de seleccionar, cual derecho de pernada, a las jovencitas guapas que aspiran a una plaza en la CFE. Las anquilosadas practicas caciquiles tienen sus días contados en la cercana cuarta transformación.

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