En pie de lucha

El día que Mancera estuvo muerto

El 31 de octubre de 2014, un día antes de que en México se celebrara el Día de los Muertos, el corazón de Miguel Ángel Mancera dejó de latir diez minutos, pues accidentalmente fue perforado y le tuvieron que romper el esternón para sacárselo y revivirlo.

Su regreso del más allá es un milagro que aún los médicos no pueden explicar, pero no sólo eso: a los ocho días el jefe de Gobierno estaba despachando en sus oficinas de El Zócalo de la CDMX.

El hoy senador cuenta que ese día, que era un viernes, se internó en el Hospital ABC para hacerse un “procedimiento de rutina”, pues en un chequeo médico le habían detectado una arritmia cardiaca y le recomendaron tratársela.

Se supone que el procedimiento era muy sencillo y ni siquiera requería de un quirófano, pero el médico cometió un error y le perforó el corazón dos veces, además de la arteria ahora, con lo que lo puso al borde de la muerte.

Aunque dice que no vio esa luz blanca que quienes están a punto de morir se supone ven, el ex jefe de Gobierno asegura que en esos momentos sí hay algo que se percibe y que no se puede explicar tan fácil, pero que prefiere no pensar mucho en ello.

Comenta que cuando despertó le sorprendió ver tantos aparatos, médicos, y catéteres por todos lados, y fue cuando le dijeron que lo habían tenido que abrir de emergencia, rompiéndole el esternón y sacando su corazón para salvarle la vida.

Para sobrevivir estuvo conectado a unos compresores que bombeaban su sangre, mientras los médicos tenían en sus manos su corazón, tratando de reactivarlo.

Este incidente puso en alerta máxima no sólo a sus médicos, colaboradores y familiares, sino al propio Presidente de la República, quien envió al director del Hospital Militar y al entonces secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, a atender la emergencia.

En una entrevista exclusiva para elinfluyente.mx el hoy coordinador de los senadores del PRD cuenta qué fue lo que pasó ese día.

Dice que eligió atenderse ese día porque era viernes y tendría el fin de semana para recuperarse, pues era un procedimiento relativamente sencillo que ni siquiera ameritaba que fuera atendido en un quirófano, sino en una sala especial.

“Realmente la intervención era algo muy menor, pero hubo un error médico del que tomó la intervención en sus manos y me quemó la arteria aorta, porque de lo que se trataba era de entrar y quemar algunas partes del musculo del corazón y así corregir una arritmia”, afirma.

Mancera explica que el procedimiento se realizó en una sala de hemodinámica y que no tiene muy claro lo que sucedió cuando fue intervenido de emergencia. Que sí hay cosas que su cerebro registró, aunque no la luz blanca que dicen llama a los moribundos.

“La verdad es que sí hay sensaciones y sí hay recuerdos que no tienen una explicación muy lógica. Hay comentarios que después tienen los médicos y que ellos mismos no entienden, pero sí pasan cosas más allá.

“Yo no me sentía mal”, asegura, “desde el momento que regresé a este mundo, a la plena conciencia, me sentí bien y ni siquiera me dolía. Me impresionó ver tantos aparatos y tantas conexiones y tantas válvulas, catéteres y muchas cosas”.

Dice que eso fue lo que le impresionó, pero que realmente no se sentía mal, al grado de que no se pudiera mover, aunque cuando hacía un mayor esfuerzo sí sentía, pues tenía roto todo el hueso del esternón.

Luego de que se conoció la noticia todo mundo se sorprendió de su recuperación, ya que después de una operación tan delicada y de tener el corazón fuera, a los ocho días ya estaba  trabajando, lo que fue considerado como un milagro.

“Una parte importante tiene que ver con la condición física; realmente si no hubiera estado con una condición física buena el corazón no hubiera reaccionado. Fueron tres perforaciones las que me hicieron: una a la aorta y otras dos directas al corazón; fueron tres perforaciones y el paro fue cercano a diez minutos que dejó de latir”.

El incidente ocasionó la movilización no sólo de sus cercanos y sus médicos, sino hasta del Presidente Enrique Peña Nieto, quien estaba muy preocupado porque era una cuestión de Estado e incluso reclamó al equipo de Mancera no haberlo atendido en el Hospital Militar.

Si la cosa hubiera terminado en tragedia habría sido muy grave para el país, para el Gobierno Federal y para todos, independientemente de sus seres cercanos, pues era una cuestión de Seguridad Nacional.

“Cuando desperté pude ver al general médico del Hospital Militar; él me fue a visitar. Supe que había estado el secretario de Gobernación también y supe del mensaje del Presidente de la República”.

¿Qué recuerdas de esos diez minutos de inconciencia, porque estabas con el corazón de fuera?

“No sé, recuerdas como muchas voces, como alarma. No sé si la ubicas antes o después pero estoy seguro que hay una parte de tu cerebro que lo está registrando y que después vienen como flashazos”.

En la entrevista exclusiva Mancera también habla del pavor que siente al escuchar la alerta sísmica y de cómo fue su rompimiento con Marcelo Ebrard y su distanciamiento de Andrés Manuel López Obrador.

La entrevista completa se puede leer en la página de elinfluyente.mx y en su canal de El Influyente TV en youtube.

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