Ni tardo ni perezoso, René Bejarano Martínez intentó aprovechar la debacle perredista que deja en la orfandad a la izquierda en el país y que mantendrá fuera de combate por mucho tiempo al PRD.
Tenebroso como es, el profesor le da tiempo de maduración a sus causas y se plantea escenarios en los que pudiera encajar; si no ahora, sí en algún futuro.
Sabe cuándo bajar la cabeza para dejar de ser el cohetero y convertirse en el recogedor de las varas, pero siempre está pensando en el mañana. Para él no todo es ahora; la planeación es a mediano y a largo plazo.
Por eso es que ha perdurado al paso del tiempo y a las calamidades que incluso lo llevaron a la cárcel durante nueve meses, y a enfrentar un juicio penal por lavado de dinero y otros delitos, en complicidad con el empresario Carlos Ahumada.
Se pensaba que al entrar al Reclusorio Sur estaría acabado, pero Bejarano no sólo salió libre y limpio del juicio, sino que pudo reaparecer en el espectro político, aunque no regresar a la vida pública, como él quería.
Sin embargo entendió muy bien su papel y se dedicó a operar desde las sombras para armar una agrupación nacional que tuviera un peso político relevante justamente por estas fechas.
Su idea original era convertir al Movimiento Nacional por la Esperanza en un partido político, pero no esperaba que Morena fuera a arrasar el escenario y eso lo hizo mover sus planes, al menos momentáneamente.
No es ningún tonto como para sacar a la luz un partido político cuando Andrés Manuel López Obrador tiene un poder absoluto y no aceptaría sombra de nadie, mucho menos del profesor.
Pero Bejarano se abocará a ampliar el padrón de afiliados a su movimiento, y para ello se está dedicando a recolectar a dirigentes y líderes que salieron dañados del pasado proceso electoral, y que necesitan de su protección.
Se vende como el gran asesor del nuevo Gobierno y les dice a todos que no se preocupen, que quien tenga problemas se una a él y que nada les pasará: claro, a cambio de su lealtad… y de sus recursos.
Eso pasó con Juan Ayala, por ejemplo, que apostó todas las canicas del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la CDMX al PRD, e incluso se lanzó con todo contra Morena, pues él consideraba que iba a ser diputado local y tendría un fuero protector.
Ahora que se sabe en la mira de Claudia Sheinbaum, quien busca cobrarle todas las facturas, acudió al profesor para que lo proteja, a cambio de afiliarse –junto con sus principales secretarios generales- al MNE.
Y Bejarano es vivo como pocos para atraer incautos, pues significan para su movimiento mucho dinero y plazas en las estructuras del Gobierno de la capital, cosa que ha venido manteniendo desde hace varias administraciones.
En la actual el MNE fue financiado a través de Miguel Ángel Vázquez, coordinador de asesores del gobierno capitalino, con quien fingió una pelea para ganarse la confianza de Miguel Ángel Mancera. La idea era apoderarse de la nómina del Gobierno y lo logró.
Y es que la ambición de los manceristas por el dinero fue tal, que se asociaron con Vázquez para saquear el erario y hasta lo convirtieron en subsecretario de Administración y Capital Humano de la ciudad.
No se daban cuenta que, mientras dejaba a los manceristas meter la mano en el presupuesto público, por fuera seguía financiando no sólo a Bejarano, sino al proyecto de varios integrantes de Morena para llegar al poder.
Todo mundo sabe que cuando llegó Mancera presumió haber dejado fuera del pastel a todas las tribus, y nadie reparó en que a Bejarano “solamente” le dio las áreas de Administración de Personal y el Registro Civil para Antonio Padierna, hermano de su esposa Lola.
Pocos se han preguntado por qué, a través de las administraciones, Bejarano siempre ha pedido quedarse con la nómina gubernamental y con el Registro Civil; ahora saben que son áreas vitales para su operación.
Si se queda de nuevo con ambas áreas podrá seguir obteniendo financiamiento público ilegal para su organización, y el control de los fallecimientos, nacimientos, casamientos y todo lo que se mueva en la demografía de la capital.
¿Para qué quiere acumular tanto poder el de las ligas?
Primero para ser factor de decisión en las candidaturas a partir de 2021 y empezar a meter diputados y alcaldes no sólo en la CDXM, sino en todo el país.
Al tiempo que se quiere ir fortaleciendo, irá minando cada vez más a los partidos pequeños, entre ellos al PRD, al que busca acabar de desfondar para absorberlo, porque en Morena no los quieren y no tendrían muchas oportunidades.
Si llega a crecer lo suficiente, seguramente empezará a minar a Morena, que para ese entonces empezará a sufrir el desgaste propio del gobierno y de sus guerras intestinas, por lo que poco a poco se irá metiendo como factor de decisión.
Pero si en determinado momento ve la oportunidad, no dudará en lanzar al MNE como un nuevo partido y jalar a todos los que anden sin dueño, o que no les hayan cumplido en sus agrupaciones políticas.
Eso es a futuro, pero en lo inmediato busca presentarse ante Sheinbaum como un dirigente fuerte con el que se tiene que sentar a negociar, si quiere llevar la fiesta en paz y transitar por un buen Gobierno, que la proyecte en 2024 a buscar la Presidencia de la República.
La próxima jefa de Gobierno ha dicho que no tolerará presiones ni la formación de tribus en su administración, y a sus cercanos ya les dijo que cuando llegue, al que menos quisiera ver es a Ayala, quien obligó a sus compañeros a ir contra Morena y se la van a cobrar.
En tanto Bejarano se está haciendo de los factores reales de poder en la capital, como es el sindicato de burócratas, con lo que intentará presionar a la futura gobernante. Por eso los morenos lo quieren parar hoy.
Su jugada está clara… tanto que hasta Sheinbaum y su equipo ya la vieron.