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Juan Ayala busca salvación en clavo ardiendo

En lo que perfila desesperados intentos de Miguel Ángel Vásquez Reyes y Juan Ayala Rivero de encontrar cobijo en la influencia de René Bejarano mediante, como es su costumbre, el utilitarismo de trabajadores de base del gobierno de la ciudad, surge  para evadir la rendición de cuentas del manejo oscuro de dinero de prestaciones económicas, basificaciones y comisiones sindicales de los últimos seis años.

Sólo así se entendería la convocatoria que hicieron a secretarios generales del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX) para que el sábado 22 de agosto lleven a 200 personas cada uno al Palacio de los Deportes, a una asamblea nacional del Movimiento Nacional de la Esperanza, que encabezan Bejarano y su esposa Dolores Padierna.

Vásquez Reyes empezó a trabajar en el gobierno de la ciudad en el año 2000, como director de Relaciones Laborales de la Dirección General de Administración y Desarrollo de Personal, con el impulso de Bejarano Martínez, entonces secretario particular del jefe de gobierno, Andrés Manuel López Obrador.

Cuando el hombre de las ligas, como se le conoce después de los video escándalos de Carlos Ahumada, cayó en desgracia, durante los nueve meses que estuvo encarcelado, Vásquez Reyes prácticamente acampó todo ese tiempo afuera del penal. Muestra de solidaridad que en el gobierno de Miguel Ángel Mancera habría modificado de manera radical, aún cuando hay quien cree que en realidad fue un juego de espejos con Bejarano para mantener el manejo de miles de millones de pesos de prestaciones económicas de unos 110 mil trabajadores sindicalizados.

¿Cuál es la verdad? Vaya usted a saber. Importante no perder de vista que uno de los hombres socialmente más repudiados del país por sus prácticas corruptas, quizá al mismo nivel que Javier Duarte de Ochoa, no está en los afectos de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

Con la convocatoria de la dupla Vásquez Reyes-Ayala Rivero a secretarios generales que les permitiría mostrar influencia entre los trabajadores, buscan generar condiciones para evadir cualquier posibilidad de ser sentados  en el banquillo de la justicia para que respondan del irregular manejo de miles de millones de pesos, plazas de base y comisiones sindicales como disfraz de aviadurías.

El presidente del SUTGCDMX parece estar dispuesto a colgarse incluso de un clavo ardiendo con tal de salvarse. ¿Olvidó ya cuando era matraquero cuasi oficial de las aspiraciones presidenciales de Mancera, ajeno a las justas y legítimas demandas de los trabajadores que representa?¿Dónde dejó la soberbia de la que hacía gala cuando soñaba que el jefe de gobierno se convertiría en Presidente de la República y él uno de sus más cercanos colaboradores?¿Y sus asesores?

Al interior del SUTGCDMX crece la exigencia de cambio en la dirigencia y que Ayala Rivero rinda cuenta puntual del manejo de cuotas y de prebendas recibidas durante los siete años que ha ocupado la presidencia. Tienen indicios de un enriquecimiento inexplicable.

En caso que el aún dirigente sindical y Vásquez Reyes lograran su objetivo y lleven un contingente aceptable a la asamblea del movimiento bejaranista, lo primero que tendrían qué preguntarles cómo es que no lograron convencer a los trabajadores para que votaran por la candidatura de Alejandra Barrales por la Jefatura de Gobierno y por el mismo Ayala, que buscaba ser diputado local por la coalición del PAN-PRD-MC.

No es descartable que lograran un aceptable contingente, debido a que cuentan con secretarios generales seccionales temerosos que el largo brazo de la justicia los alcance, debido a que tienen una cola bastante largay también buscan una salida. Son los casos, entre otros, de César Piña Rodríguez, José Héctor Carreón Garcés y Miguel Ángel Reyes Guerrero.

Piña Rodríguez, secretario general de la sección 4, sirvió de tapadera de los turbios manejos de las cuotas sindicales. ¿Cómo justificará los millonarios gastos que hicieron en las dos frustradas candidaturas de Ayala Rivero por ser diputado local?

Carreón, secretario general de la sección 12, dejó pruebas irrefutables de su enriquecimiento inexplicable: posó incluso con un lujoso automóvil de color negro, y grabó videos de venta de plazas, y hay carpetas de investigación por golpizas a trabajadores por el simple hecho de exigir lo que la ley les concede, además de delitos electorales.

Y Reyes Guerrero, es público que entregó dinero a trabajadores para que convencieran a votantes para que cruzarán las boletas en favor de la coalición del PAN-PRD-MC. Ni su segunda y reciente reelección lo salva de los delitos  electorales que cometió.

Ellos tres pudieran aportar un buen contingente para llevarlo a la asamblea de la organización bejaranista, lo que pudiera servir a Vásquez Reyes y Ayala Rivero creer que lograron el pasaporte a la impunidad.

¿De nada le sirvieron al presidente del SUTGCDMX las palabras que del Papa Francisco obtuvo hace unos meses en el Vaticano? Es pregunta.

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