Hay indicios de que es cuestión de días para que Juan Ayala Rivero abandone la presidencia del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX), la fecha solo depende de que se concrete algún arreglo para darle forma a su salida sin hacer muchas olas; será una tersura inversamente proporcional a la resistencia. Ocurrirá mucho antes de que la Dra. Claudia Sheinbaum ocupe la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
Así lo señalan diversas voces en las filas del SUTGCDMX, las cuales aluden varios acontecimientos como aceleradores de la defenestración de quien alguna vez fue distinguido adulador de Miguel Ángel Mancera y llegó a señalar que, si su jefe llegaba a la presidencia de la República, él, Juan Ayala, seria el secretario del Trabajo, ya que era el principal promotor de la bandera que enarbolaba el exjefe de gobierno, el aumento salarial a nivel nacional.
Su gestión es calificada de pésima, con resultados desastrosos, que casi por unanimidad y aclamación un significativo número de agremiados pide su salida. El triunfo de MORENA en la capital del país fue abrumador, el gris trabajo que realizó Miguel Ángel Mancera como Jefe de Gobierno se vio reflejado en las urnas.
DESPILFARROS POR UN PROYECTO FALLIDO
El dirigente del SUTGCDMX se subió en ese carrusel llamado Por México al Frente, comprometió a 135 mil trabajadores del Gobierno de la Ciudad a convertirse en promotores del voto a favor de Alejandra Barrales, aprovechó la ocasión y despilfarró los recursos de las cuotas de los trabajadores haciendo campaña a su favor buscando una diputación en el próximo Congreso Local.
Así operaban: se entregaron a los secretarios seccionales tarjetas blancas, sin logotipo ni marcas, solo con un código de barras; estos a su vez las repartieron entre los integrantes de sus comités. Cada trabajador tenía que recabar credenciales de elector y eso le daba puntos en las tarjetas blancas, 5 credenciales le otorgaban derecho a una despensa, 10 credenciales a la compra de electrodomésticos, 15 credenciales le asignaban un digito sindical.
La operación no esta registrada, pero fue orquestada por Miguel Ángel Vásquez Reyes, Coordinador General de Gabinete Interinstitucional del Gobierno de la Ciudad de México y Juan Ayala Rivero, presidente del Comité Ejecutivo del SUTGCDMX.
DOS MILLONES DE VOTOS QUE NUNCA LLEGARON
Los cálculos eran que de los 135 mil personas sindicalizadas, por 15 votantes , le daban un total de 2 millones 25 mil votos, es decir casi una tercera parte del padrón electoral de la ciudad, lo que nunca previeron es que a pesar de la presión ejercida hacia los trabajadores, estos hartos del mal gobierno del PRD decidieron por un cambio de régimen y así castigar a la dirigencia del Único que durante la gestión de Mancera no hizo otra cosa que adularlo, sin recato alguno y de la dignidad mejor ni hablamos. Ignominia le dicen los clásicos.
Durante la campaña Juan Ayala no se cansó de despotricar en contra de la candidata a la Jefatura de Gobierno, Claudia Sheinbaum y de coaccionar el voto de los trabajadores en una operación de terror y miedo señalándoles que de ganar MORENA perderían su trabajo y prestaciones.
Esta y muchas otras acciones lo ilegitiman como interlocutor valido de los trabajadores del Gobierno de la Ciudad ante el gobierno electo y en el que estará al frente la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.
El peso de todos esos elementos es suficiente para causar un derrumbe. Pero lo que hace correr más rápido las aguas es que con el programa de austeridad anunciado por la recién electa Jefa de Gobierno, que incluye la fusión, en algunos casos, y en otros la desaparición de varias áreas de la administración capitalina, hacen necesario un sindicato fuerte.
Claudia Sheinbaum ha señalado que los cambios deberán ser fruto del trabajo conjunto y consensuado de todos los protagonistas del quehacer administrativo de la ciudad de México, entre ellos los trabajadores, con lo cual se le dará la mayor legitimidad, consistencia y aceptación al proyecto.
Es de creer que para ello se requerirá del sindicato un interlocutor válido, legitimo y legitimado, con representatividad y liderazgo, con ascendiente y respaldo de los trabajadores, los cuales no obstante la presión que ejercieron sobre de ellos, opto por la oferta de MORENA. Si nos atenemos al ambiente que prevalece en el gremio, ninguna de esas cualidades hace brillar hoy a Juan Ayala Rivero, quien por el contrario esta en su punto más bajo de aceptación, sin capital político que negociar.
De igual manera, se perciben por lo menos dos vertientes de una ofensiva concertada contra la actual dirigencia, la cual se apresta a atrincherarse, aunque no se vea algún soporte al cual pueda asirse. La primera es la acentuación de los cuestionamientos jurídicos; la otra vertiente, una intensa campaña en las redes sociales.
Pero, ¿por qué hasta ahora se cuestiona la llegada de Juan Ayala a la dirigencia del SUTGCDMX y se considera como una imposición?
LA TRAICIÓN DE AYALA A MARCELO EBRARD
Su llegada en el 2011 a la dirigencia del SUTGDF (hoy SUTGCDMX) no fue producto de un proceso democrático en sus bases, fue impuesto por el entonces Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon, no por sus méritos y capacidades sino por ser proclive a la sumisión gremial, de acuerdo a sus críticos es el prototipo exacto del dirigente que sabe decir si a todo lo que imponen las autoridades, aunque tal condescendencia represente atentar contra los derechos de los trabajadores.
Ejemplo de ello fue cuando en noviembre de 2014, en un evento desarrollado en el Palacio del Ayuntamiento, destapó como seguro candidato a la Presidencia de la República a Miguel Ángel Mancera, a quien le ofreció de manera incondicional un ejército de 135 mil trabajadores del SUTGDF a su disposición.
Un mes después de haber asumido la dirigencia, Ayala Rivero convocó a un Congreso Extraordinario en el que impulsó una reforma estatutaria para permitir la reelección por una sola vez.
Posteriormente convocó en mayo de 2016, al Primer Congreso Extraordinario del periodo 2016-2019 con la intensión de reformar los estatutos, para permitir la reelección indefinida de los dirigentes. Sin embargo, una revuelta de los delegados se lo impidió
No obstante, el 14 de junio de ese 2016 se tramitó ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, el reconocimiento gubernamental a la reforma estatutaria que permitió la reelección indefinida de los dirigentes sindicales.
REELECCIONES AL ESTILO DE DON PORFIRIO
Así mismo y con el registro sindical 6/39 del pasado 29 de agosto de 2017, Juan Ayala tiene registrada otra ampliación que acaba el 1º de julio de 2023. Secretarios Generales Seccionales consultados, aseguran desconocer la forma en que se habría realizado esa elección.
Legalmente, el reconocimiento gubernamental a la gestión de Juan Ayala Rivero en el SUTGCDMX para el periodo 2019-2023, está viciado de nulidad. Es necesario hacerla valer.
Justamente por su desempeño, al haber caminado del brazo de quienes los trabajadores consideran adversarios naturales, o al menos contraparte en la relación laboral, Ayala Rivero perdió la oportunidad de legitimar por el ejercicio del poder lo que era cuestionable de origen, apostó todo a un proyecto que fracasó, y lo perdió todo.
Así, en solo unos días el soberbio dirigente que decía contar con el apoyo del ahora electo senador Miguel Ángel Macera, quien a tiempo se dio cuenta que solo era un lastre, se encuentra postrado de hinojos.
MIGUEL ÁNGEL VÁSQUEZ DIO LA ESPALDA A AMLO
Miguel Ángel Vásquez Reyes, ex Subsecretario de Desarrollo y Capital Humano de la Secretaría de Finanzas del gobierno capitalino, quien manejaba la nomina de todo el gobierno de la ciudad, hablamos de 8 mil millones de pesos, al igual que Ayala Rivero no sabe de lealtades. Director de Administración y Desarrollo de Personal cuando Andrés Manuel López Obrador fue Jefe de Gobierno, a quién termino traicionando, también esta en la palestra, ya que entregó recursos económicos al sindicato y se presume fueron a parar a la campaña de Alejandra Barrales, porque los trabajadores no han recibido un solo beneficio de los mismos; al contrario, fueron suspendidos los apoyos y eventos que con esos recursos el Único tenía la obligación de proporcionar sus agremiados. Es evidente la colusión entre Ayala Rivero y Vásquez Reyes. Les espera la cárcel.
Hay que tener presente asimismo que la política es de oportunidades, de momentos propicios. El cambio de colores y visiones en el gobierno de la ciudad de México genera sobradamente esa circunstancia. Colores y visiones que, por si hace falta recordarlo, no son los que la dirigencia del SUTGCDMX respaldó en las elecciones recientes.
Los pasos que Juan Ayala Rivero y sus cercanos escuchan en la azotea los llevo a reconocer el triunfo de Claudia Sheinbaum y ponerse a sus órdenes, es su estilo, así lo hizo cuando traicionó a Marcelo Ebrard Casaubón, del que se distanció para enarbolar un discurso llamando a Miguel Ángel Mancera como el mejor jefe de gobierno de la Ciudad de México y amigo de los trabajadores y se le puso de tapete.
Mientras tanto, en diversos puntos de la ciudad, se congregan diferentes grupos de oposición para tomar acuerdos e impulsar el rescate y refundación del SUTGCDMX, mediante una estrategia que los lleve a tomar las riendas.
PILLOS HUÉRFANOS DE PODER
Dichos grupos, después de zanjar algunas diferencias, han logrado conjuntar un frente opositor convocando a secretarios de por lo menos 20 Secciones sindicales, ex secretarios seccionales, ex delegados ante el Consejo, Delegados de Trabajo de todos los centros donde laboran sus agremiados; y ex dirigentes de la propia organización.
Lo que son las cosas, Ayala ha logrado reconciliar a grupos opositores que se veían tan distantes, pero que ahora con el objetivo de regresarles a los trabajadores un sindicato digno que este a su servicio y no a merced de las ambiciones de sus dirigentes, se han unido para edificar lo que Juan Ayala permitió se derrumbara.
Valga acotar que, en todo caso, la próxima Jefa de Gobierno ha afirmado en varias ocasiones que será respetuosa de la vida interna de los sindicatos en que se aglutinan los trabajadores que prestan sus servicios en las diversas áreas que conforman la administración pública de la Ciudad de México. Es decir, deja el campo abierto para una batalla de una sola caída, sin réferi, pero con un previsible vencedor, eso sí, con límite de tiempo, que está a punto de agotarse. Así que, para Juan Ayala, Hugo Alonso, Cesar Piña, Héctor Carreón, Miguel Ángel Reyes y sus cercanos llegó el momento de recoger varas. Ya vienen otros a lanzar los cohetes.