Hace 100 años, el movimiento obrero mexicano conquistó sus derechos laborales que mejoraron las condiciones de los trabajadores. La Revolución había terminado y era momento de reconstruir el país en un sistema de igualdad, de mejores salarios y con el reconocimiento a los empleados.
Bajo esta idea surgió la Confederación Regional Obrero Mexicana (CROM) el 12 de mayo de 1918, cuando los sindicatos ya existentes se organizaron para lograr prestaciones como horas extra, seguridad social, un salario digno y otras prestaciones.
Un siglo después, se ve un retroceso en estas conquistas y hoy los jóvenes trabajan en condiciones tanto o más precarias que los mexicanos de la época post revolucionaria.
“A 100 años hemos retrocedido desde el punto de vista laboral: el salario mínimo no es suficientes, las condiciones laborales no son las mejores. Los jóvenes de estos días están entrando a trabajar donde se les paga por honorarios o sueldos asimilables y no tienen seguridad social y eso es un retroceso para el movimiento obrero, porque lejos de caminar más en la seguridad social eso es un retroceso, los salarios y las condiciones son precarias”, dice Rodolfo González Guzmán en entrevista en su oficina la CROM.
Al analizar la transformación de trabajo en México y la participación de la Confederación, el secretario general considera que es necesario reunificar el movimiento obrero nacional al y replantearse el México que necesitan los trabajadores.
Te puede interesar: El Día del Trabajo; alto costo histórico
El líder recordó que la confederación tuvo conquistas importantes a lo largo del siglo XX, como la redacción de la Ley Federal del Trabajo, la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Infonavit y el Consar, y lograron la paz laboral que tanto pelearon los empleados durante muchos años.
Gracias a estas prestaciones se logró una estabilidad laboral para los empleados, quienes contaron con muchos años con condiciones suficientes para seguir sumándose en un mercado laboral que les garantizará las prestaciones que habían logrado sus antecesores en las primeras décadas del siglo XX y que se consolidaron gracias a la participación activa de los sindicatos.
Sin embargo, eso se transformó en las últimas dos décadas, con el abuso del outsourcing, que ha permitido que los patrones contraten a los nuevos empleados sin prestaciones o reportando solo los sueldos mínimos ante el IMSS para no cotizar salarios completos.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), el outsourcing creció 48% en la última década y 16% de los 29. 6 millones de personas empleadas están contratadas bajo este esquema.
Las afectaciones de este esquema de contratación son la falta de prestaciones, lo que en el futuro se traducirá en millones de personas sin una pensión o recursos suficientes para vivir su vejez.
A pesar de estas afectaciones, los jóvenes no han manifestado descontento y mucho menos pensado en sumarse a un movimiento obrero que defienda sus derechos.
— ¿Cómo tendría que ser un movimiento obrero en pleno siglo XXI?
— Tendría que ser un movimiento obrero monolítico, bien integrado, bien solidario, bien estructurado, deberíamos actuar no en consecuencia, tendríamos que adelantarnos a los tiempos.
— ¿Y cómo convencer a las nuevas generaciones a que se sumen a este movimiento, algo que ven ajeno a su vida?
— Lo que debemos atacar primero es la desigualdad social, los muchachos deben recuperar la confianza en ellos mismos, crear la solidez de en instituciones en los sindicatos para defender y mejorar sus derechos pero solamente es a través de la unidad, además deben acercarse a los sectores
El dirigente de la CROM recuerda las palabras del expresidente chileno Salvador Allende sobre los jóvenes: “es contradictorio ser joven y no ser revolucionario”.
Por ello insiste en la necesidad de sumar a los jóvenes a defender sus derechos y revivir un movimiento que ha demostrado que unido puede reconquistar aquellos derechos que ya perdió.
También puedes leer: La reforma laboral amenaza inmovilizar sindicatos
El problema en México, dice González Guzmán, es que ahora los jóvenes están más metidos en otros dos tractores como el internet, el teléfono u otros temas, y no están pensado en lo que pasará con su futuro.
El sindicalismo no debe morir
Con esta necesidad de que el movimiento obrero resurja, los sindicatos deben seguir siendo una figura indispensable en la lucha social
“El sindicalismo nunca va desaparecer, mientras exista una desigualdad social. Hace 25 años pensamos que ya habíamos superado la lucha entre empresarios y trabajadores, se generó una nueva cultura laboral, pero de 28 años para acá se ha perdido el poder adquisitivo de los salarios y si los salarios no alcanzan para una canasta básica quiere decir que las cosas no están bien”, afirma el dirigente.
Añade que justo hace dos décadas pensaron que los trabajadores y los empresarios habían eliminado ese antagonismos entre uno y otro para dar paso a un binomio necesario en el que la fuerza laboral impulsaba el crecimiento de las empresas
Sin embargo, las condiciones es no han sido justas e igualitarias para ambas partes, por lo que ahora se requiere la participación de los sindicatos y sus agremiados en la lucha por recuperar, no solo los derechos sino salarios dignos y suficientes para los trabajadores y sus familias puedan cubrir sus necesidades básicas con el sueldo que perciben.
Luis N. Morones, el fundador de la CROM
El 12 de mayo de 1918, los trabajadores mexicanos se aglutinaron en la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) con Luis N. Morones como el líder del nuevo grupo obrero.
Bajo el lema “Salud y Revolución Social”, la CROM ocupó un lugar preponderante en el sindicalismo nacional y Morones se convirtió en uno de los líderes de este movimiento durante los gobiernos post revolucionarios de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles.
La relación que logró con estos gobiernos fue un parte aguas en la relación de los obreros con el Estado, que sirvió para consolidar la exigencia de las condiciones de trabajo y vida de los empleados, así como la conquista de los derechos laborales.
De igual manera, funcionó para que los trabajadores incursionaran en la política a través del Partido Laborista Mexicano (PLM), también fundado por los trabajadores y cuyos integrantes tuvieron una participación en el Congreso de la Unión para lograr el objetivo: defender los derechos a partir de la creación de leyes.
La CROM ha tenido 22 secretarios generales en su historia, quienes han defendido a los trabajadores a lo largo de estos 100 años y que continua trabajando para mantener esta defensa en medio de los cambios y retos que presenta el siglo XXI.
¿Quién es Rodolfo González Guzmán?
El actual secretario de la CROM asumió la dirigencia en 2010, aunque su vida dentro de los sindicatos y el movimiento obrero viene de mucho tiempo atrás. El licenciado en Derecho fue representante juvenil del sector obrero, asesor jurídico del Movimiento de la Juventud Revolucionaria y colaborador en la Junta Federal de Conciliación.
Además fue diputado federal durante la LVIII Legislatura, como integrante de las comisiones del Distrito Federal, de Seguridad Social y Trabajo y Previsión Social.