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Temo ser adicto a la pornografía

De entrada tengo que confesarte que me encanta el sexo, no pasa día en que no vea pornografía, me encanta, la necesito, es más, ya hasta he pensado que sería genial hacer mi propia película porno.

No descarto la idea de qué Carmen, mi novia desde hace ya tres años me diga que acepta, lo está pensando mucho desde hace más de un año que se lo pedí, y aunque le digo a cada rato que qué onda, no quiero presionarla pues aspiro que ella, igual que yo, disfrutemos el momento intensamente.

Carmen está muy bien, aunque ya tiene sus cuarenta años se conserva en excelentes condiciones, ella va al gimnasio todos los días, come bien y no es viciosa, así que su cuerpo está perfecto para aparecer en pantalla, seguro no se vera nada mal mientras la filmo. Me encanta la pornografía, me vuelve loco tan loco que no pasa día sin que pueda ver un poco de algún video que muestre a una pareja dándose placer, ya tengo hasta mi sitio preferido para darme placer, he formado mis preferencias y hay veces veo dos o tres veces seguidas el vídeo que más me gusta.

Cuando vemos juntos porno, le digo al oído que ella está más buena que las actrices que ahí parecen y que ella se mueve mejor a la hora de echar pasión, le echo choro porque quiero convencerla.

Antes me reservaba el porno para mí, pero ahora que ella sabe mis gustos, no hay encuentro sexual que tengamos sin que ambos no nos excitemos primero viendo algún video porno de sexo duro.

Aunque se lo que me gusta en la cama creo estoy empezando a tener un problema en la intimidad. El otro día que salimos de vacaciones a cabañas muy campiranas y no había Wifi, sufrí como no tienes idea, aunque quería poseer a mi novia no logré hacerlo porque no tenía acceso a Internet, no podía ver mi sitio porno y no logré cumplirle a Carmen, ella sacada de onda me insistía que no era necesario pero yo me sentí derrotado al no poder ver  pornografía para calentar motores.

Ya no sé qué hacer, he intentado dejar de ver porno pero me ha sido imposible, dejé de verla un martes y para el jueves ya tenía ojeras de mapache de que no logré conciliar el sueño, no me sentía tranquilo, algo me faltaba.

Atentamente Oscar A.

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Estimado Oscar A:

Leo con detenimiento tu caso, te comento que no eres la única persona que cree ser  adicto a la pornografía.

Me llama la atención que la tecnología ha ocasionado que la gente se vea, se sienta y esté más sola. Es común ver a todos con su celulares en la mano, alejados de todo y de todos y eso ha provocado que la gente se relacione cada vez menos, que las relaciones interpersonales están casi en desuso, ya que es mejor y más rápido estar en “contacto” con alguien a través de las redes sociales que buscar el acercamiento en físico.

Esto ha provocado que las personas busquen satisfacer sus necesidades a través de las tecnologías y los sitios porno aprovechando  este momento para hacerse de cada más suscriptores, los que ven porno sienten placer y creen que ese bienestar nunca pasará, pero lamento decirte que la pornografía no te da un placer continuo e insustituible. Las páginas porno son casi siempre vehículos para meter virus en tus equipos de computo o telefonía. A través de estas páginas se cuelan malware que son programas que intentan robarte información para cometer algún tipo de fraude y dañarte. Hay sitios que son monitoreados por la policía cibernética porque se sospecha de delitos graves como pornografía infantil u otros, como sabes, eso es penado ante las autoridades, si consumes este tipo de material, podrías ser consignado.

La industria porno ofrece una gran variedad de películas para el entretenimiento de los adultos, no me parece mal que puedas explorar tu sexualidad, pero no considero correcto que encuentres solo la excitación en ver pornografía. Si no logras la excitación con tu pareja y solo con porno te recomiendo busques ayuda profesional para lograr salir de ese bache, una terapeuta sexual te puede ayudar.

Te aconsejo no grabes a tu novia sin su autorización, se podría sentir ofendida y eso no le vendría nada bien su relación, deja de grabarla a sus espaldas. Debes aceptar si ella no accede a ser grabada en la intimidad.

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