El pasado 22 de febrero el Secretario de Salud del Estado de México, Gabriel Jaime O´Shea Cuevas, acudió al Hospital de Las Américas, ubicado en el municipio de Ecatepec, a poner en marcha los trabajos de la Onceava Jornada de Cirugía Extramuros de Labio y Paladar Hendido. En el evento estuvieron presentes directivos del nosocomio así como el delegado de la Sección IX del SNTSA, José Luis Martínez Lascón, cercano al líder estatal, Domingo Ortuño Maldonado.
Lo que el funcionario mexiquense tuvo ante sus ojos fue una montada escenografía donde todo, en apariencia, marcha sobre ruedas, pero apenas O´Shea Cuevas emprendió el retorno a Toluca, los festejos por la tomada de pelo al titular de la salud mexiquense comenzaron a dos cuadras del centro hospitalario.
Y vaya que había sobrados motivos para festejar por parte del delegado del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud y sus funcionarios socios; los abrazos, discursos palaciegos y rostros de felicidad impactaron de manera grata al Secretario, convenciéndolo que sindicato y autoridades van de la mano en la prestación de un servicio eficiente a los pacientes y un respeto absoluto a los derechos humanos y laborales de los trabajadores.
Si O’Shea se hubiera quedado al festejo en petit comité, tendría una opinión muy distinta y se hubiera preguntado de dónde salen los abundantes recursos para que los directivos del hospital público y la representación sindical departan como verdaderos magnates o símiles de capos del narco consumiendo, botella tras botella, whisky Buchanans 18 años y Coñac XO.
El Secretario de Salud haría bien en retornar un día de estos, sin agenda previa, para constatar que tras el teatro guiñol montado en su visita se esconde una cadena de abusos a los trabajadores y tropelías a los pacientes donde con la anuencia del director, Daniel Lucatero Mora, que llegó al cargo en octubre del año pasado, y de los subdirectores José Alfredo Vite, del área médica; y Gerardo René Sordo Hernández, del área administrativa, el servicio se ha deshumanizando convirtiendo a la salud en un negocio privado y las plazas y contratos de trabajo en una moneda de cambio manejada en la mayor opacidad por el delegado sindical.
Peor aún, según refieren a este espacio, se ha consentido el acoso sexual a aquellas trabajadoras que aspiran a obtener un puesto permanente de trabajo luego de laborar años por medio de contratos; mismos que son revalidados previo acuerdo entre el titular del área administrativa y el delegado sindical. La venta de plazas es pues una consecuencia inherente a esta cadena corruptiva.
En el nosocomio unos cuantos se enriquecen con el dolor ajeno y la necesidad de trabajar de muchos mientras se agudiza la carencia de medicamentos y la vida de la gente está en riesgo por la falta de atención médica oportuna. No menudean los casos difundidos por los medios locales que dan cuenta de mujeres en labor de parto en los pasillos y de equipos médicos inservibles o deteriorados por el desvío de los recursos para rehabilitarlos; en los laboratorios se carece de los reactivos e insumos para practicar los estudios necesarios y básicos en caso de emergencias y en el peor de los escenarios las ambulancias están sin gasolina.
Situación que se agudiza porque buena parte del personal es recomendado o protegido por la delegación sindical, a cambio, por supuesto, de los institucionales moches. Y los trabajadores que tienen el propósito de servir con responsabilidad o denunciar las evidentes anomalías son hostigados o reprimidos por José Luis Martínez Lascón, el representante de la Sección IX que se ostenta como “cuñado” del dirigente Domingo Ortuño Maldonado.
El Subdirector Administrativo, Gerardo René Sordo Hernández, se ha convertido en algo así como el Torquemada o verdugo de los trabajadores, con la complicidad de Martínez Lascón y de acuerdo a diversas denuncias anónimas, venden los contratos de trabajo hasta en 20 mil pesos y a cambio de pasar por alto los retardos del personal sindicalizado piden aportaciones “voluntarias” para los festejos del Día del Niño, Día de la Enfermera, Día de la Madre y cuanta fecha se les ocurre inventar para pasar el inédito “cobro de píso”.
La corrupción es tal que los “entres” también son en especie y por supuesto en los artículos exigidos destacan las botellas de Buchanans y otros exquisitos y costosos licores. Por eso en el festejo armado tras la partida del Secretario de Salud mexiquense, abundaron las bebidas para los paladares más exigentes.
La máquina de producir dinero en que han convertido al Hospital de Las Américas funcionarios venales y líderes pillos da para eso y más, aunque por ahí, se dice, ya hay instaurada una denuncia de una valiente trabajadora que no cedió a los chantajes sexuales y podría, en breve, abrir los ojos a O´Shea Cuevas, al líder Domingo Ortuño y hasta el propio gobernador, de lo que se oculta bajo el montado escenario que mostró, el pasado 22 de febrero, un mundo color de rosa donde sólo existe un oscuro escenario de atropellos laborales y criminal desatención a la gente.
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